Mi historial médico está en la blockchain (podcast #17) - Eva Domínguez

2.6.23

Mi historial médico está en la blockchain (podcast #17)
Esto es una transcripción del podcast. Podrás encontrar todos los episodios en las siguientes plataformas:

¿Qué puede unir tu historial médico a palabras como blockchain o web3? Pues vamos a verlo.

¿Has tenido alguna vez que ir al médico estando de viaje? Yo sí. Es una situación en la que no te quieres ver, ¿verdad? No estás en tu mejor momento para sortear diferencias culturales e idiomáticas cuando hablas con el especialista.

Para mí, todo hubiera sido más fácil si hubiera podido acceder a un historial médico integrado y universal. Un historial médico que hubiera podido tener no solo mi ficha de la sanidad pública, sino también cualquier visita privada y con cualquier dato relevante sobre mi salud.

Se trataría de un historial médico personal y propio, que no dependería de ninguna entidad y a la vez podría tener los datos de cualquiera de ellas y de cualquier país. Sería una ficha de paciente totalmente descentralizada, que me haría sentir que tengo el control de mis datos de salud.

¿Sería fantástico, no?

Bien, pues ya hay soluciones en esa dirección. Una startup coreana ha creado una ficha de paciente basada en la tecnología blockchain que funciona de esa forma. Alto ahí. Blockchain? ¿Qué es eso?

Blockchain significa literalmente cadena de bloques y es la infraestructura de la llamada web3. Y, de nuevo, ¿web3? Qué es eso. Pues web3 sería la siguiente versión de la web, que estaríamos construyendo ahora mismo. Los expertos hablan de web1, web 2 y web3 para diferenciar las distintas etapas de Internet desde que apareció, en función de sus usos y tecnologías.

La web1 duró del 1990 al 2005. Se basaba en páginas web que no permitían demasiada interacción con los usuarios. Tener una web era la manera de estar en Internet. La podríamos llamar la web informativa.

La web 2 es la versión que tenemos ahora. Se suele fechar a partir del 2005 con el auge de las redes sociales. El usuario ya puede crear contenido y compartirlo y eso transforma la manera de consumir y generar información. Es la web social.

A pesar de que todo es más interactivo y personalizado, por el uso de algoritmos, sigue basándose en una infraestructura en mano de empresas, centralizada.

Siguiendo el ejemplo de la salud hoy día tienes tantas fichas de paciente como centros que hayas visitado y en realidad no son tuyas, sino de la entidad que las ha creado. No tienes el control de los datos.

La web3 sería la siguiente versión de Internet. La idea es que sea una web descentralizada, donde no hay una autoridad central que la controla. ¿Y cómo se consigue eso? Pues creando una red de miles, millones de nodos que reparten y validan la información.


Imagina que tu ficha de paciente no es un único fichero sino que está compuesto por decenas de datos repartidos en distintos puntos de una red. Pero tú los puedes consultar en tu cartera digital como una página web. A simple vista, nada es distinto.

Pero entonces, ¿cómo se valida la información? Tus datos de salud están repartidos en una cadena de bloques, de blockchain. Los bloques guardan información y se encadenan entre sí y se distribuyen entre usuarios. Por tanto son bases de datos distribuidas.

La validación se establece mediante una serie de protocolos consensuados que se ejecutan automáticamente.

La solución coreana Medibloc ya está aplicando este sistema de ficha de paciente basado en blockchain. Como sabéis, Corea es uno de los países más avanzados tecnológicamente.

En su web, afirman que su objetivo es reducir el mercado negro de datos de salud. Los ataques cibernéticos a hospitales y centros médicos se han convertido en un negocio muy lucrativo. Y son un grave problema.

Hace unos meses el Hospital Clínico de Barcelona sufrió uno y el impacto es tanto inmediato, pues afecta al tratamiento de miles de pacientes, como de largo plazo, para recuperar el sistema.

Es más complicado un ataque a un sistema descentralizado que a uno centralizado, así que puede ser una esperanza para el futuro.

La web3 se está construyendo y le queda mucho recorrido. Todavía no escalable ni demasiado amigable. Veremos cómo evoluciona, y si será o no el futuro de Internet. Esperemos que sea un futuro donde como ciudadanos tengamos más control y autonomía.