Innovar sin tonterías (podcast #15)
Esto es una transcripción del podcast. Podrás encontrar todos los episodios en las siguientes plataformas:
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(Imagen creada con IA. Stabble Diffusion)
La idea principal de este podcast es esta: Nuestra empresa, nuestro servicio no va de nosotros. Especialmente cuando estamos innovando. ¿Por qué recordar esta obviedad? Pues para no hacer tonterías en el metaverso.
Va de las personas a las que servimos, les llamemos clientes, usuarios o ciudadanos.
Al innovar los tenemos que tener aún más presente porque el miedo a quedarnos atrás nos puede llevarnos a perder el foco y a precipitarnos.
Podemos convencernos de que crear una experiencia inmersiva de consumo va a aportar más valor y desarrollamos un entorno virtual. Pero quizá conseguimos el efecto contrario.
Hace poco he conocido el caso de una gran empresa ha creado una plataforma de realidad virtual para las tiendas en las que venden sus productos. Ya tiene un portal que funciona muy bien, con fichas de producto y formaciones. Y decide crear contenidos tridimensionales en un espacio virtual. Les envía las gafas de realidad virtual y les pide que consulten los contenidos en ese espacio.
Si piensas en la situación, ese vendedor tiene ponerse las gafas, aprender a utilizarlas, si es que no sabe, y explorar los contenidos. La realidad virtual aísla a la persona de su mundo físico y llevarlo a otro generado por ordenador.
Por lo tanto, si es información o formación que el cliente necesita mientras trabaja, probablemente no sea la plataforma más adecuada. No te vas a mover por la tienda con las gafas puestas. Y tampoco lo vas a hacer en tu casa.
Requiere un esfuerzo. Y, por tanto, la compensación para ese esfuerzo tiene que ser alta. Si aporta valor, mucho más de lo que lo haría la consulta en la web, el beneficio aportado es insuficiente.
En cualquier caso, yo aplaudo la valentía de experimentar siempre, y de aprender de ello.
Una empresa privada experimenta y aprende con su dinero. Ahora bien, cuando hablamos de dinero público yo me vuelvo más exigente y, de hecho, me cabreo.
Te lo comento porque hace unos meses apareció la noticia de que la Unión Europea había lanzado una campaña en el metaverso en el que se había gastado 387.000 euros. Caramba.
¿Con qué objetivo? Pues resulta que tiene un programa llamado Global Gateway para crear nuevas infraestructuras en países en desarrollo.
Y querían darlo a conocer al sector de jóvenes entre 18 y 35 años. Crearon una fiesta virtual en una playa. A la que asistieron la friolera cifra de 5 personas el día en que lo abrieron. Sí, cinco personas.
EU aid dept’s €387k metaverse meets real-world critique https://t.co/1DnNXvObd4
— Vince Chadwick (@vchadw) November 4, 2022
Eso es un servicio premium de verdad. Lo que nos hemos gastado por usuario.
Qué manera de dilapidar dinero público, es decir, que sale de nuestros bolsillos.
Se podía haber evitado si alguien se hubiera molestado en entender más a ese público y cuál era la manera más efectiva de llegar a él.
Se ha decidido desde la tecnología, no desde la voluntad de servicio. ¿Vas a hacer que la gente venga a ti, a un entorno virtual que nadie conoce y tienes que publicitar o vas a ir tú dónde está ese público? Si realmente quieres hacer algo en entornos virtuales, ¿por qué no analizas en cuáles de los que ya existe está el sector al que te quieres dirigir y buscas una manera creativa y adecuada de hacerlo?
Tampoco veo la conexión entre la fiesta en una playa virtual y la creación de infraestructuras, pero igual me he perdido algo…
Sinceramente, ¿hacía falta hacerlo en el metaverso? ¿No habría sido más efectiva una campaña más ingeniosa en redes sociales?
Hay que experimentar, desde luego, pero hacerlo con sentido.
Te pongo otro ejemplo, de gente que lo hace bien. Ikea.
En el 2020 Ikea compró una startup de realidad aumentada llamada Geomagical Labs. ¿Por qué? Porque esta tecnología permite a sus clientes comprobar cómo se verán los productos en sus hogares sin tener que visitar la tienda.
Primero crearon la aplicación Ikea Place, que tenías que descargar en tu móvil. Pero ahora ya se pueden ver sus muebles en realidad aumentada directamente desde el navegador Google en tu teléfono.
Prueba a buscar, por ejemplo, mesa Linnmon y aparece un icono geométrico para ver la silla en 3D. La verás en el espacio en el que estés, como en el salón de tu casa.
Ya sabes que si buscas animales en Google, hay muchos que los puedes ver en realidad aumentada. Ikea ha sido de las primeras empresas en aprovechar esta tecnología para dar mejor servicio.